sábado, 7 de marzo de 2015

La mejor defensa es un buen ataque

Así reza un antiguo refrán, "la mejor defensa es un buen ataque".

Me voy a remontar a noviembre de 2013, a una entradilla en la que hablé de las trampas más habituales en nuestras carreritas: http://29-9sport.blogspot.com.es/2013/11/ay-pinocho.html

Esa entradilla estaba inspirada en la gente que no juega limpio, en aquellos que no han pillado el concepto de deportividad, de superarte o superar a tus iguales. Recuerdo que cuando empecé a correr con un Panda, mi cuñado Alfredo, incondicional donde los haya y eso que entonces no era cuñado, sino "aspirante a" (o yo, según se mire), me motivaba y cuando había un 127 o un Panda me decía "tienes que ser mejor que ese, es tu objetivo". Es decir, ganarle a mis "iguales". Ya luego que el 127 fuera un 1010, que llevara un motor rotativo o que se alimentara de fusión fría era otra historia, era un 127 y había que ganarle.

Insisto en que desde que se cambiaron las clasificaciones en el provincial a dos categorías de +- 1400cc y que ahora se ha subido a + - 1600cc, yo no he estado conforme nunca, porque de siempre ha sido al que más corriera, llevara lo que llevara y porque eso propiciaba que hubiera gente que buscara la trampa, que llevara un motor "grande" y se inscribiera como "pequeño".

La cosa es que todos pasábamos del tema, tanto los competidores como los propios oficiales, que nunca se han metido con este tema, y deberían haberlo hecho, claro que sí. Los que llevamos ya unos cuantos años siguiendo las carreras hemos afinado el oído hasta el punto de saber si un coche lleva más o menos motor. Me decía un amigo esta mañana que al subir de vueltas su 1300 sonaba como una niña chica chillando y que los 1600 sonaban como Batman cuando se pone la máscara; podéis imaginar que esbocé una sonrisa. El caso es que con la crisis las inscripciones se han debilitado bastante y en los slaloms que se otorgan trofeos a los cinco primeros de cada clase, a veces había posiciones de la categoría pequeña que quedaban desiertas e incluso han llegado a llevarse trofeo pilotos que han acabado en última posición, cuando un piloto en el "top 6" se podía ir con las manos vacías. Yo mismo en 2010 corrí con un "pequeño" el slalom de Jerez y tras penalizar e irme al puesto no recuerdo si 14º o 17º (de la vergüenza se olvida), me costó esbozar una sonrisa al recoger el trofeo de 4º clasificado de la categoría, porque repito, me daba vergüenza.

No vamos a dar nombres, porque no es el caso, ni siquiera fotos para no señalar. Pero mira por donde que aparecen en la categoría pequeña algunos coches que corren y suenan de manera inapropiada para la categoría en la que están inscritos y la comidilla entre los que corremos o seguimos los campeonatos es un "a quién quieres engañar". Coches que en todas las carreras se llevan trofeo y/o premios en metálico, privando de ellos en algunos casos a sus legítimos merecedores. No nos hemos metido con eso, repito, ni pilotos ni aficionados ni oficiales. Ya lo reflejé en esa entradilla de 2013.

Pero resulta que en 2014 vuelve (efímeramente) el piloto más laureado de la historia del campeonato de slalom, con su Citroën AX GTi. Yo estaba trabajando fuera y no pude acompañarlo ni para animar ni para ayudar, pero al final sí acabé dando apoyo moral, porque el piloto me llama visiblemente ofuscado. Resulta que hay pilotos que lo han señalado como "tramposo" y que denuncian que su coche es un 1600cc inscrito como 1360cc. En otro caso no podré opinar, pero en este sí, porque ese motor es un motor "Copa" de la AX GTi de circuitos, porque en aquella época esos motores se miraban y remiraban, y porque lo he tenido abierto delante de mi. Lo que pasa es que a algunos les cuesta distinguir entre estar delante por caballos y estar delante por tener unas manos privilegiadas. Pensarán "Como yo necesito caballos para andar, ese también" y no es así. El piloto hizo lo que tenía que hacer, lo correcto y lo sensato: Poner su coche en ese mismo momento a disposición de los comisarios para que hicieran las comprobaciones pertinentes, lógico sabiendo que el coche iba absolutamente legal. Nadie tomó medidas entonces, ni para bien ni para mal.

Pero mira por donde, que en la siguiente carrera, vuelven a la carga, quien denunció a este piloto insiste en que el coche es "ilegal" y se acompaña de documentación que podría demostrarlo. Y resulta que la documentación corrobora que el coche es absoluta y perfectamente LEGAL; con todo, el piloto insiste en poner a disposición de los comisarios o quien corresponda su mecánica en ese preciso instante para las verificaciones pertinentes. Pero claro, "con la iglesia hemos topado", y si los demás pasamos un poco del tema, este piloto, con las pelotas infladas, y perdonen la expresión, decide que hay que verificar todos los coches sospechosos, y si hay que poner pasta encima de la mesa, se pone y a ver qué pasa. Y ¡oh sorpresa! antes de que nadie verifique nada, dos coches se pasan voluntariamente a la categoría superior. Curiosamente aquellos que sonaban y corrían como de la clase grande, algo así como esos líderes políticos que hacen una complementaria de sus ingresos millonarios para evitar una inspección de Hacienda que pudiera traer peores consecuencias. Personalmente opino que automáticamente deberían haber sido excluidos del campeonato pero insisto en que esto es un campeonato entre amigos, y nadie quiere joder a nadie. Pero no deja de ser curioso y hasta absurdo que el que va mal denuncie al que va bien porque le puede ganar; "la mejor defensa es un buen ataque", se ha dicho siempre, aunque en este caso no parece que fuese buena idea. Se ve que no querían competencia y optaron por la solución más estúpida a la vista de los resultados.

Esto acabó en que el mejor piloto que se haya visto en la especialidad y de los más espectaculares, se cabreó y volvió a tapar con una manta el coche de mejor palmarés del campeonato. Por las redes sociales quien había hecho la trampa se hacía el digno y arremetía con frases como "Enhorabuena pilotos, lo habéis conseguido" y consignas similares, como si el culpable de lo sucedido no fuese el que había hecho la trampa y encima había osado meterse con otros. También saltó a la yugular cuando alguien dijo, sin nombres, "mientras hubo trampa, hubo piloto". Que nadie ha dicho tu nombre, niño, deja de meter la pata. Incluso diez días después de aquello publicaba notas desafiando a que alguien fuera a ver el motor abierto para demostrar que no había trampa. Vamos a ver, amigo, que un motor en la calle se cambia en una mañana, no digamos con diez días de margen y un taller a tu disposición. El morbo consistía en ver qué sacaba en la siguiente carrera, porque si se inscribía como 1300 todos los ojos iban a estar en él/ellos. Si se inscribía en 1600 con el mismo motor... Pues nada, solución cobarde, ir con otro coche distinto. Es que a mi me cogen con esas trampas y de la vergüenza no es que no corra más, es que no voy ni de espectador.

La cosa quedó ahí, pero anoche en una página de compra-venta de una famosa red social, me encuentro que uno de los coches en venta, es precisamente el objeto de todas las polémicas, y lo que son las cosas, declara que se vende con un 1600cc inyección de Saxo. ¿¿¿¿Cooooooooooomoooooooooo????? No se me ocurre nada mejor que preguntar si no es ese coche el mismo que juraban y perjuraban el año anterior como 1360cc. El primer comentario que hace alguien es que qué tendrá que ver eso con la venta. Pues muy sencillo, si es un 1600cc queda claro que se engañó al personal en su momento. Si es un 1300-1400 como se decía en su momento, entonces se está engañando ahora. Lo de "súperfiable" lo vamos a dejar estar, pues anda que no se ha roto veces. Lo siguiente es un desfile de insultos por parte del propietario, de su padre y de otra persona que no conozco pero imagino por apellidos que es la madre. "Métete en tus asuntos que no sabes llevarlos" ¿¿¿¿???? "Dejadlo al chiquillo que hace lo que le gusta y no hace daño a nadie". No perdone señora, de no hacer daño a nadie no, le ha estado jodiendo la pasta y los trofeos a otra gente. Lo mejor es que el susodicho viene y me amenaza con que yo hago trampas y no juego limpio. Mi contestación es tan sencilla como "Ya estás tardando en ponerlo". Como decía mi abuelo, "Le doy un duro al que me engañe". Pues eso, si eres capaz de demostrar una sóla trampa en mi coche, te lo regalo, y lo estoy poniendo por escrito.

Triste, muy triste que los primeros que defienden la trampa (y la han hecho) son los propios que deberían enseñarle lo que está bien y lo que está mal. A mi personalmente ni bien ni mal, tengo muy buenos amigos en las carreras y estos no estaban precisamente en ese grupo, pero tampoco tenía nada en contra de ellos. Ahora sé que son tramposos y orgullosos de serlo y por tanto creo que carecen del derecho a que se les tenga el más mínimo respeto. Aún así no he dado nombres ni lo voy a hacer. Me limito a exponer hechos objetivos y si alguien los identifica, será porque está claro a quién me refiero.

Lo de borrar mis comentarios debe de ser lo que se llama "Fair Play". La retirada del anuncio no obedece más que a una rabieta, porque seamos realistas, si estás vendiendo un 1600, oye, pues lo estás vendiendo y ya está.

Lo que debería es daros vergüenza de ir por ahí de lo que no sois simplemente porque os ayudáis de trampas. Qué pena.

domingo, 4 de enero de 2015

Los que podían, los que no podían y los que dejaron de poder...

Hace algún tiempo que no escribo.

El tiempo pasa a velocidad de vértigo y los quehaceres diarios, el agotamiento laboral o simplemente que el día que tienes para descansar lo usas para descansar realmente, hacen que haya dejado este blog muy olvidado.

Pero he aquí que hoy me siento frente a mi ordenador y pienso en una nueva entradilla. Como indica el título, los que podían, los que no podían, los que dejaron de poder...

No descubro nada nuevo si digo que el automovilismo es caro, muy caro. Alguna vez he mencionado que un amigo decía que más valía que a su niño no le gustaran las carreras como a él, sino que le gustara la natación que con un bañador y un gorrito se apañaba. O ese refrán que dice que "A quien Dios no le da hijos, el demonio le da sobrinos". Eso viene un poco a cuento de que a mi niño parece que se le atragantan los coches y mi sobrino los vive con mi misma pasión. Y uno nunca sabe qué es lo correcto, porque si mi amigo no quería que a su hijo le gustaran, a mi me duele que al mío no le gusten. La gracia es que mi amigo es de los que, como se decía antes, tienen "posibles" y un servidor se las afana como puede para llegar a fin de mes.

Y duele cuando le guardas tu bien más preciado, un kart que ya suma más de 38 años a sus espaldas y el niño dice que no se monta, que le da miedo... ¡¡¡Maldita sea!!! Que mi sobrino, aún siendo más pequeño, pise el pedal derecho como si no hubiera un mañana no deja de ser un triste parche.

La gracia de todo esto es que si el automovilismo es una fuente de quemar dinero, hay muchos padres que se les va la pinza pensando todo lo contrario, que es una fuente de ingresos. Sí, porque Fernando Alonso va a ganar más de 30 millones de euros al año en su nuevo contrato con McLaren. En este país te haces millonario con la lotería, robando y hasta hace poco siendo futbolista, pero ahora está de moda ser piloto, y serlo de Fórmula 1. ¡Qué triste fantasía! porque los que nos hemos arrimado al mundillo de las carreras, de los coches "preparaos" como dicen los profanos, sabemos que la varita mágica que toca al iluminado que llega arriba se reserva para uno entre diez millones. Los demás lo haremos mejor o peor, pero agujereando nuestros bolsillos.

Leí no hace demasiado sobre una escuela de pilotos en la que el monitor se quejaba de padres que llegaban con prisas porque su niño ya iba tarde para la Fórmula 1, que tenía 4 años y medio y Fernando Alonso empezó con cuatro. Venga, hombre. Si es por eso, con montarlo en un kart con tres ya ¿te garantiza ser mejor que Fernando? En el mejor de los casos vas a llevar a tu familia a la ruina y punto. Porque el asturiano, aún con ser uno de los "elegidos", tuvo que batallar mucho tanto su familia como él a nivel personal, quitarse de muchas cosas, sacrificar otras y aunque ha llegado, eso no implica que lo pueda hacer todo el mundo.


Sí, yo conozco a una persona que le tocó la lotería, pero creo que estaremos de acuerdo en que no necesariamente me tocará a mi por gastar el mismo dinero que él en participar. Ni siquiera por gastar el doble o el triple. Y eso que enn las carreras hace falta talento y suerte y en la lotería "sólo" suerte, que no es poco.

Todo esto viene a colación de que hoy me estoy planteando muchas cosas. He estado con mi kart en el recinto ferial con mi hijo y mi sobrino. El mío no se quería subir y el primo se ha pegado una panzada de montar. Vamos, que mirándole la cara, se le había olvidado hasta que mañana es una noche mágica, porque la mañana de hoy es muy difícil de superar con Playmobil, Monsuno, Lego, Scalextric o figuras de Disney. Y el mío dándole pataditas a una puñetera pelota.

¿Realmente hacen bien esos padres a sus hijos que aún carecen de conocimiento con inscribirlos a escuelas de pilotos? Rotundamente no. Es más, hoy me he venido con tan malas sensaciones que si no es por mi sobrino, ahora estaría vendiendo el kart en milanuncios o mercadoracing. ¿Le gustará a mi hijo algún día? No lo sé, y eso que le encanta subirse a los karts biplazas pero porque conduzco yo.



¿Dejarlo a su ritmo? No lo sé. A mi me dejaron a mi ritmo, incluso trataron de frenarme y sin embargo me gustan y me he buscado las mañas para competir, siempre con la familia al contra aunque con alguna actitud sorprendentemente a favor, pero es que volcar en mi tercer slalom tampoco es que ayudase a mis objetivos.

Si le tiene que gustar, que le guste. Y si no, resignarse y ver si la tercera generación, dentro de 20 o 30 años más, tiene el gusanillo picándole. Pero para entonces no esperéis que yo me deje los pulmones empujando el coche para arrancarlo, me caliente la cabeza poniéndolo a punto o haga puzzles imposibles para transportarlo de un sitio a otro.

¿Indignado? No, desilusionado. Seguramente es culpa mía porque un error muy frecuente de un padre es proyectar en su hijo sus gustos, aficiones y tal vez frustraciones. Yo soñé de pequeño con ese kart que un día finalmente fue mío, y lo he conservado en el tiempo, a pesar de ofertas de cambio por motos de gran cilindrada. Simplemente porque quería que mi hijo tuviera el privilegio de disfrutar algo que yo pude y que la gran mayoría no pudo y envidió. Tal vez algún día, cuando sus piernas no quepan en el pequeño habitáculo, entienda mi frustración, pero será tarde. Él puede lo que muchos no pueden, y pasa. Al fin y al cabo es un niño.

La pasión por el automovilismo es algo difícilmente entendible, inexplicable. Te gusta y punto. A mi me gusta, a él no. Tengo que tirar la toalla, no lo puedo obligar. Hay padres que no entienden eso e insisten, quemando la infancia de los niños, porque al fin y al cabo yo lo que quiero es que "juegue"; esos padres de los que hablaba quieren que sus hijos los saquen de la pobreza.

Cuando en mi familia me decían que ya había corrido, que lo dejara, yo me he opuesto siempre. "Correré hasta que mi hijo tenga edad para hacerlo" me lo habrán escuchado alguna vez los que me conocen. A partir de ahora tendré que decir que correré hasta que me apetezca hacerlo porque no tiene pinta de que me den el relevo. La pena es que con esta puñetera crisis, el coche sigue sine die aparcado y tapado con una manta. Tal vez lo suyo sea venderlo, coche y remolque, olvidarse de todo. Pero qué demonios, cuando me vuelvo a gastar yo los dineros en otro "montaje" similar.

Esta es una entradilla escrita con cierto resquemor. Me encantará escribir otra a no mucho tardar en la que pueda enfocarlo todo de otra manera. Me costó aparcar el coche cuando la crisis arreció, me costó mantenerlo parado cuando apretó más y te sientes un poco menos vivo cuando te das cuenta de que no correr tampoco este año te va a resultar "fácil".

Sin embargo, igual que cuando ilustraba con un video del Terminator T800 con aquel "volveré", recupero el personaje para pensar que no está todo perdido. Casi al final de T2, el personaje de Schwarzenegger sucumbe ante el malo. Pero muy en su interior algo aún funciona. No puedo afirmar categóricamente que no voy a correr en 2015 o no lo haré en 2016. Alternate power mode on.



I will be back.