domingo, 1 de junio de 2014

Los Slaloms (o el encanto de lo sencillo)

Me vais a perdonar que insista en la especialidad, pero es la que mejor conozco y aunque en los últimos años me esté prodigando poco (cosas de la crisis), llevo corriéndolos desde 1995, así que algo sabré, y por supuesto, como decía Arnold Schwarzenegger (olé yo que lo he escrito bien): "¡Volveré!".

Los slaloms, a los que algunos ajenos al mundillo también llaman ghymkanas, son la especialidad de acceso, la cantera "inventada" en Andalucía por Paco Galera y los suyos allá por 1988. Aquello que el primer año se hizo un poco a modo de experimento, rápidamente cuajó y en 1989 tenía un reglamento validado por la federación y recogido como campeonato andaluz. Lo cierto es que es una especialidad muchas veces menospreciada e incluso en palabras de muchos, condenada a desaparecer. Eso nos contaron cuando se pusieron en marcha las cronometradas, que los slaloms tenían los días contados, pero de aquello que se decía en 2007, poco queda en 2014, cuando todas las pruebas están viendo menoscabadas las inscripciones y sin embargo los slaloms mantienen una inscripción más que decente.

Y es que resulta que aquella frase que Galera proponía en 1988, "para correr sólo necesitas un coche y un casco", sigue plenamente vigente 26 años después. Tan simple como sacarse la licencia más barata que hay, recuperar el casco del cofre de la moto y plantarse con el coche propio en la línea de salida tras pagar la inscripción y pasar las verificaciones. Recuerdo con 16 años cuando veía en la playa de la Puntilla en El Puerto aquel primer slalom "autocenter" organizado por escudería Sura (no es un error, de allí derivó a Escudería Sur), cuando por megafonía se invitaba a participar... Ay si hubiera tenido carnet y coche en ese momento... Durante este tiempo ha habido reglas que han cambiado, y aunque el reglamento permanece prácticamente idéntico, ha habido algunas variaciones para ajustarse a los tiempos que corren, como por ejemplo eliminar la prohibición de usar un perfil de neumático inferior a 55. Eso en los tiempos de los 127 y los Panda podría tener sentido pero hoy día con coches que salen de fábrica con perfil 40... Como que no.

La "explosión" de los slaloms se vivió en los 90, primero porque el campeonato ya se hizo popular entre los aficionados, los pilotos vieron que aquello tenía continuidad y empezaron a aparecer los primeros "protos", con preparaciones radicales, especialmente en carrocería, con aligeramientos imposibles. Aquel reglamento permitía eliminar las puertas, que pesan lo suyo, aunque el Panda de Rafael Escalante con carrocería de cartón (sí, han leído bien) se fue al extremo. Por otro lado, la irrupción de las televisiones locales aportó muchísimo, porque quiera que no, la tele de cada pueblo mandaba al becario de turno a grabar el "rallye" del pueblo. A veces se daban cosas como ver en un reportaje de Telepuerto a un especialista en tenis que durante la entrevista presentaba a un piloto literalmente como "tenemos con nosotros a fulanito que se dedica a esto de los coches preparados..." y a uno se le caía el alma escuchando cosas así. También hubo casos de gente que se propuso hacerlo bien, como fue Canal Cádiz que lo primero que hizo fue contactar con el tío que de verdad sabía de eso, o sea, Galera, con lo que los reportajes ya mostraban un rigor al que no llegaban otras emisoras y si la memoria no me traiciona, incluso la emisora mantuvo durante alguna temporada una cobertura del provincial completo.

Los slaloms se fueron haciendo más rápidos y en el regional se obligó a montar barras antivuelco, norma que se retrasaría algún tiempo en Cádiz. Este en principio pudo ser un toque de muerte al campeonato, y es que coche tenemos todos, pero las barras ya implicaban un coche "exclusivo". No obstante, se hizo en un momento que no fue malo porque para entonces la parroquia de pilotos que seguían el campeonato ya estaba lo suficientemente "profesionalizada" y las inscripciones no notaron ausencias notables. Es más, algunos coches ya llevaban barras por entonces. La especialidad iba siguiendo un proceso de madurez paulatino, y si bien los primeros participantes iban circulando, ya en el 90 se empezó a ver algún remolque. El primero lo motivó un bordillazo en otra prueba en Ceuta que supuso no pocos quebraderos de cabeza para traerse el coche, y desde entonces, coche que corría, en carro.

En 2008 hubo un cambio reglamentario importante. que en principio, y por excesos en la preparación, dictó unas normas estrictas a seguir en los vehículos, lo que propició que los "protos" entraran todos en el mismo saco, acabando con algunos de los coches más espectaculares. También, y por criterio de "imagen", se impuso la utilización de mono ignífugo homologado, aunque hubiera caducado. Afortunadamente esta norma se derogó al año siguiente, porque el mono dentro de un coche de carreras con las ventanillas cerradas en pleno mes de agosto, era de todo menos cómodo; también se eliminó la obligatoriedad de las barras, permitiendo de nuevo la vuelta de los coches absolutamente de serie. Un año antes se impuso otra norma un tanto controvertida. Si desde el principio hubo una división por cilindradas, clase I hasta 1300cc y clase II más de 1300cc, la realidad es que sólo se tenía en cuenta para el reparto de puntos en el andaluz porque en el provincial siempre se corrió a "mariquita el último". Precisamente en 2007 se anuló la scratch y se estableció un sistema de dos clasificaciones,  clase I subida ya a 1400cc y clase II más de 1400cc. Lo cual genera  que ahora haya dos ganadores, uno de ellos absoluto, lo cual no es sencillo de digerir por todo aquel que no conozca el sistema claramente. También se da la paradoja de que el último clasificado se pueda llevar trofeo y el 6º scratch no se lleve nada. Incluso gente que se jacta de haber ganado la carrera cuando han podido ser séptimo u octavo, se ha dado el caso.

Aún a pesar de todo, el encanto de los slaloms reside en su sencillez y coste contenido. Cualquiera con habilidad suficiente puede ser todo un campeón de Andalucía, incluso con su coche de calle, sin invertir de un cacharro de varias decenas de miles de euros.

Pero lo que son las cosas, el ser humano es extraordinario, que decía un anuncio de bebida isotónica, y se empeña en complicar las cosas. Últimamente es bastante frecuente que la gente en las redes sociales y en foros de internet intente generar expectativas sobre su aterrizaje estrella en el campeonato, dándose autobombo... O pena. Repito, para correr hacen falta un coche, un casco y ganas. Anunciar el calendario que se prevee correr ¡¡¡dos años antes!!!, contactar con ingenieros aeroespaciales para afinar un Fiat Uno, "diseñar" suspensiones especiales, "inventar" motores, etc. Te hacen pensar que algo está fallando, porque yo me divertía a mediados de los 90 con un Seat Panda de prever (que volqué) y lo sustituí por otro que me costó la friolera de 300 euros y que después del slalom, ese mismo sábado por la noche me llevaba de copas con mis amigos, el domingo a la playa con mi novia, y el lunes a la facultad (sin quitarle los números, que molaban). Ahora hay que hacer un máster en ingeniería para correr, vaya. Pero es que yo sigo haciendo lo mismo: El 1200 Sport se destapaba en el garaje un par de semanas antes de la primera prueba, se arrancaba y se le hacía un cambio de aceite. Luego en la primera carrera estaba en la "pomada". Y lo mismo con el 205.

Y luego viene lo triste. ¿Se acuerdan de aquello de "Mariquita el último"? Antes se corría todos en el mismo saco y con preparación libre. El que ganaba, ganaba y punto. Pero la picaresca... ¡Ay la picaresca! Resulta que de 19 coches inscritos, hay 15 de clase II y 4 de clase I... Qué diablos, si inscribo mi 1600 como tal, tengo que pelear con otros 15 individuos y no hay enemigo pequeño, ahora que si me inscribo como 1300, en el peor de los casos aunque quede último me llevo un trofeo, pero lo normal es que a igualdad de todo lo demás y con más motor, me lleve la categoría o ande cerca, con lo cual me llevo premio en metálico. Decidido, la deportividad a la mierda y me inscribo como 1300 y a los que de verdad lo lleven, que les den.

En los corrillos se rumoreaba que había al menos un coche que estaba corriendo fuera de su categoría, con ventaja evidente, pero nadie daba el paso. Este año en la prueba que inauguraba los slaloms en Cádiz, tras unos años sabáticos, vuelve un piloto que sabe lo que es ganar en la especialidad. De hecho ser siete veces campeón de la especialidad hace obviar más números. Se presenta con su AX GTi de 1360cc y por tanto clase I actualmente y los comisarios le comunican que hay voces que lo señalan como tramposo por montar un 1600 e inscribirse como menos de 1400cc. ¿Cuál es la reacción del piloto? La lógica y natural, teniendo la certeza absoluta de llevar un "trece-sesenta", niega la acusación y pone el coche a disposición de organización y federativos para una verificación oficial. La cosa queda ahí, no se toma ninguna acción al respecto.

Conviene en este punto hacer un paréntesis y aclarar que ese coche monta un motor de la extinta copa AX GTi. Es decir, un 1360cc que era lo que llevaban aquellos coches y que por entonces la trampa tan de moda de meter un 1600 de Saxo no existía porque el Saxo no se comercializaba. Y aquel motor es el mismo que mantiene. Si ese coche corre, es porque está muy bien puesto a punto y porque hay gente que nace con un don y el piloto en cuestión lleva como 15 CV extras en los dedos de sus manos, conduzca lo que conduzca.

Volvemos la realidad y en la prueba siguiente, se insiste en la circunstancia. Hay quien viene equipado con documentación relativa a los motores, listados de números de serie, etc. Y más dolor de cabeza para un piloto que cuando tuvo que correr en clase II lo hizo y cuando el reglamento lo reposicionó en clase I, se inscribió como tal. Y claro, por hacerlo de una manera correcta, se verifican más coches y ¡oh sorpresa! se recalifica como 1600cc a dos 1360cc, uno de ellos el "sospechoso" de años anteriores. Se anuncia en el briefing este cambio, esperado por muchos como es lógico. A mi manera de ver, no se procedió correctamente por ninguna de las partes. Si la verificación es fehaciente, al que se le detecta la trampa pienso que hay que excluirlo de la prueba y retirarle los puntos obtenidos o al menos dejar la clasificación en suspenso; algunas voces claman incluso por la retirada de licencia. Por parte de los pilotos, si su coche realmente es un 1360cc, tendrían que haberlo negado  y poner el coche a disposición para una verificación correcta. Si su coche es un 1600 realmente, al menos yo lo habría montado en el remolque y me habría largado sin correr, con la cara al suelo de vergüenza. Pero no. Es mejor hacerse el digno en las redes sociales, ofrecer que se vaya a ver el motor "abierto" diez días después (como si no diera tiempo a cambiarlo) y sobre todo hacer gala de chulería y altanería indescriptibles en una red social. Y atentos, que nadie dijo nombres, simplemente un "mientras hubo trampa, hubo piloto" y alguien se dio por aludido.

La conclusión de todo esto es que el piloto que iba legal, confirmado con todas las de la ley después de revisar tipo de motor, serie, etc., como tiene cosas mejores que hacer que demostrar que su coche lleva 18 años siendo legal, decide taparlo con una manta en el garaje y dejar venir tiempos mejores. Sin embargo aquel que fue recalificado, vuelve a correr (me recordó aquello de "En España nadie dimite") pero curiosamente no con su coche, sino con otro distinto. ¿Por qué no corres con tu coche? ¿O es que no sabes si inscribirte como 1360cc o 1600cc? Si tienes un 1360cc, inscríbete como tal, y a Roma a por todas. No cometas la tontería de ponerte una cilindrada que no es la tuya. Pero si eres 1600, entonces aún sería más estúpido insistir en una presumible trampa, y por otro lado inscribirte como 1600 sería confirmar que realmente había tongo.

Si el coche era un 1360cc, habría que defenderlo hasta la muerte. Pero no se ha hecho y ahora vaya donde vaya, siempre llevará colgada la etiqueta que todos ustedes imaginan. En mi caso me inscribo en la clase II que es a la que pertenece mi vehículo, pero si tuviera un clase I y me hubiera estado perdiendo trofeos y dotaciones en metálico, maldita la gracia que me habría hecho.

Con lo fácil que era aquello de "Mariquita el último". A pesar de que me hubiera venido fenomenal algún trofeo extra con mi Panda de clase I (porque aún así pillaba de vez en cuando) y unas "perrillas" que en mi época de estudiante me hubieran venido bien para pagar la inscripción de la siguiente carrera. Son sólo reflexiones personales y tengo claro que a alguien le molestará, pero lo que es, es. Más me molestan a mi las trampas.

Nos vemos en la próxima.

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